Concepto ¿en qué consiste?
El término educación emocional se refiere a la formación de la personalidad durante la infancia y juventud, influida por las costumbres y convenciones sociales transmitidas en el entorno escolar y por cultura popular.
Debemos distinguir entre:
- Inteligencia emocional: capacidad para identificar las propias emociones y las de los otros, usarlas para facilitar el pensamiento, comprender la complejidad de las emociones y regularlas de manera apropiada.
- Competencias emocionales: capacidad para gestionar adecuadamente el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para tomar conciencia, comprender, expresar y regular los fenómenos emocionales y afectivos.
- Educación emocional: proceso educativo que tiene como objetivo el desarrollo de competencias emocionales. Es un proceso que se inicia desde la primera infancia y está presente a lo largo de toda la vida.
Objetivos
En líneas generales se puede decir que entre los objetivos principales de las educación emocional están:
- Conocer las propias emociones.
- Saber identificar las emociones de las personas que nos rodean.
- Saber controlar las propias emociones, entre otras el stress, ansiedad y estados depresivos.
- Anticiparse a los efectos de estas emociones negativas.
- Poder generar emociones positivas.
- Desarrollar una mayor competencia emocional.
- Conocer cómo automotivarse.
- Adoptar una actitud positiva ante la vida.
Importancia en la Infancia
Es a partir de nuestras emociones, cómo afrontamos cada día en nuestra vida. Por tanto, cómo gestionamos esas emociones es factor importante para el desarrollo personal.
Partiendo de este punto, debemos considerar la importancia que los sentimientos y emociones tienen en la infancia, siendo la base de toda educación. Los niños deben aprender a manejar sus emociones desde pequeños para optimizar el desarrollo psico-afectivo.
Los niños que crecen con una buena educación emocional tendrán confianza en sí mismos, conocerán sus capacidades, aprenderán de los errores, ganarán en autoestima y serán personas asertivas con habilidades sociales y comunicativas óptimas. Serán capaces además, de desarrollar capacidades para resolver los conflictos que surjan en su entorno.
Es tanto en casa como en la escuela, donde se les debe proporcionar las pautas para que sean capaces de identificar sus emociones, así como expresarlas y controlarlas.
¿Cómo fomentar la inteligencia emocional desde casa?
- Motivando al niño a que resuelva sus problemas y ayudándole en caso necesario.
- Valorando su esfuerzo en hacer bien las cosas y sus ganas de aprender.
- Haciéndole entender que de los errores se aprende y animarle para que vuelva a intentarlo.
- Ayudando a reconocer su gustos, deseos, necesidades, opiniones, limitaciones, etc, y aprendiendo a respetar los de los demás.
- Anímale a expresar con sus palabras sus emociones y cómo se sienet en diferentes situaciones.
¿Cómo fomentar la inteligencia emocional en las aulas?
Ante todo, destacar que la figura de autoridad en el aula debe reflejar lo que se quiere transmitir a los alumnos, por lo que debe ser ejemplo, constituyendo en sí mismo una fuente de aprendizaje.
En el grupo del aula, cada uno debe ser consciente de sus fortalezas y debilidades. El poder gestionar sus emociones reforzará el carácter y autoestima, por lo que es importante saber identificar la expresión de las emociones en los niños y fomentar la cohesión grupal y habilidades de comunicación entre ellos.
Para ello, los educadores pueden crear debates y tratar de generar un ambiente democrático y respetuoso. En el aula cada uno debe tener su lugar y capacidad para expresarse e interactuar.
Finalmente, señalar la importancia del feeback continuo entre alumnos y profesores. El objetivo es que el educador pueda detectar cualquier problema oculto que pueda perjudicar al grupo o alumno y en ese caso tratar de reconducir.